martes, 30 de marzo de 2010
domingo, 28 de marzo de 2010
Medellín, ciudad de transformaciones y palimpsesto
Medellín, ciudad de transformaciones y palimpsesto
TEMA: MEDELLIN HISTORICA
Profesor: Juan Guillermo Soto
Estudiante: Angélica Marcela Villanueva.
Planteamiento de la investigación.
Elección del Tema, planteamiento.
Es tomar algunos sitios referentes de la ciudad de Medellín, sitios que desde 1910 fueron considerados lugares importantes dentro de la sociedad de aquella época, donde podría considerarse como lugares de encuentro o importante centro de concentración comercial y social. Tomaremos como punto de corte el año 2009 y desde este vértice miraremos las diversas transformaciones que van desde los cambios en el espacio, los nuevos levantamientos arquitectónicos, él para que servía ese especio en 1910 y en que se convirtió en el 2009.
Lugares
Se tomaran los sitios actualmente conocidos como: El parque de las luces, antiguamente conocido como el Parque de Cisneros, El parque Berrio y el Parque Bolívar.
Miraremos sus contrastes y analizaremos como la modernidad, el arte y otros factores culturales los ha predispuestos una cantidad de cosas si realmente eran necesarias.
Objetivos
GENERALES.
Es ver y conocer las transformaciones de un lugar, es permitirnos conocer una pequeña parte de la ciudad que hace parte de una identidad cultural y aporta en unos espacios funcionales o que fueron funcionales para una determinada época, y que ese mismo espacio se convierte en otro lugar después de mucho tiempo que también alberga gente o es zona de transeúntes. Es saber en pocas palabras en donde estamos parados y que historia tiene ese lugar que a su vez es cómplice de muchas otras historias urbanas.
ESPEFICOS
Al decidir estas distintas localidades es necesario profundizar por que se decidieron estos sectores en la Villa de Aburra y no otros, en que se centraron para decidir el funcionamiento de ese lugar y los diferentes centros activos a su alrededor. Todo esto se comprende en el año de 1910 y se tomará como punto de referencia y compararlo hacia el año 2009.
Es necesario contar con un material grafico y fotográfico que sustente la investigación. Los materiales escritos también son de suma importancia para poder apoyar la investigación y poder concluir las dimensiones geográficas de una época y otra.
El centrar la investigación en los cambios drásticos que ha sufrido el espacio de 1910 y como la sobre saturación visual y arquitectónica que ha invadido las mencionadas localidades en el 2009.
Conocer los patrimonios visuales históricos y relevantes que se han perdido al darle espacio a la modernidad y como nos afecta.
Un poco de Historia.
L o que conocemos hoy en día como Medellín el 22 de noviembre de 1674 la Reina Regente, Doña Mariana De Austria, otorgó la cédula real que confirmaba la fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín. Su proclamación correspondió al Gobernador Miguel Aguinaga y Mendiogoitia, el 2 de noviembre de 1675. Donde solo existían tres mil habitantes.
Esta pequeña villa en el año de 1905 ya contaba con promedio más o menos de unos 70.000 habitantes. Esta ciudad no solo había crecido enormemente en número sino que se había convertido en una de las ciudades productoras en textiles y su espacio arquitectónico se mezclaba con toques coloniales, republicanos y modernos.
Parque Berrío. Corazón geográfico de la ciudad, donde los antioqueños han confluido por generaciones como principal lugar de encuentro. La historia de este parque está estrechamente ligada con la del templo de la Candelaria, construido inicialmente en 1649. La Plaza Principal, como se le llamó en un comienzo, era la antesala de la iglesia y allí coincidían los feligreses antes de la eucaristía y después de ésta. Entre 1784 y 1892, funcionó allí el mercado público y también fue escenario de ejecuciones y grandes actos públicos y políticos. Como en todas las grandes ciudades de influencia hispánica, las familias más prestantes vivían alrededor de la plaza, que, en 1895, cambió su nombre por el de Pedro Justo Berrío, una de las principales figuras políticas de la región en el siglo XIX. Antes de convertirse en la zona financiera por excelencia de la ciudad, el parque Berrío sufrió varios incendios: en 19717, 1921 y 1922. Las viejas casonas tuvieron que tumbarse y ceder el paso a modernas construcciones, donde tomaron asiento las sedes bancarias y del comercio. Pero quizás su más grande transformación la vivió a finales de la década de 1980 de sus negocios. En el centro se ubica la Estatua de Pedro Justo Berrío, en la esquina sur-occidental se aprecia La Gorda, nombre cariñoso que la gente ha dado a la escultura monumental del Maestro Fernando Botero. En otra esquina está la escultura El Desafío, de Rodrigo Arenas Betancur.
Parque Bolívar. Inaugurado en 1892, es un lugar emblemático de Medellín, también está cargado de historia. Los terrenos que hoy ocupa fueron propiedad del ciudadano inglés Tyrrel Stuart Moore, quien en 1844, decidió donar a la ciudad el terreno para una plaza y para las calles aledañas, con la condición de que se bautizara el barrio como "Nueva Londres" y que la plaza se llamara de "Bolívar". Pero al final los ciudadanos prefirieron la denominación de Villanueva para el barrio y solo se respeto su voluntad en el nombre de la plaza. En 1923 se colocó allí la estatua ecuestre del libertador Simón Bolívar. En su alrededor también residieron por largas décadas los miembros de las principales familias de Medellín.
Plaza de Cisneros. Su nombre hace alusión al ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros quien con fuerza dirigió el destino de las líneas del ferrocarril de Antioquia. Está ubicada donde antes funciono la antigua plaza de mercado Guayaquil o Plaza de Cisneros nombre que aún conserva. Fue mandada a construir por Carlos Corolino Amador buscando centrar el mercado de víveres y todo tipo de productos. Se encuentra en este un conjunto de tuberías que se levantan al firmamento de ahí que otras personas lo conocen como parque de las luces. Todo el parque está lleno de guaduas y bambú las cuales se mecen con el pasar del viento y contrastan con el color café claro del piso y los locales vestidos de teja de barro y pintados de cálidos colores. Es un buen lugar para descansar.
miércoles, 24 de marzo de 2010
Medellín nocturno-rumba y drogas eje de socialización IV
LGBT es un acrónimo que se usa como término colectivo para referirse a las personas Lesbianas,Gays , Bisexuales y Trans (el término trans se refiere a travestis, transexuales y transgéneros). Se considera un término menos controvertido que queer o lesbigay, y más amplio que homosexual o simplemente gay. En diversos lugares aún se usa el acrónimo GLBT (anteponiendo los hombres gays a las lesbianas), aunque este uso se considera machista y cada vez se utiliza menos. Otros colectivos han realizado distintas combinaciones de las letras, anteponiendo una u otra según la comunidad a la que quieran otorgar mayor visibilidad. Al término también se le han añadido otras letras que representan a distintas comunidades. En la variación más extendida del acrónimo, se le agrega al final una Q de q ó inquisitivo (en ingles questioning); otras llevan dos Q para representar ambas cosas. También se le puede agregar una A de asexuales o aliados (también puede ser una 'S' de straight allies, aliados heterosexuales en inglés); una I de intersexual; o una P de pansexual o poliamoroso. En algunas incluso se añade la O de otros.
Terminos:
Lesbiana: En este contexto, lesbiana se refiere a las mujeres con orientación sexual homosexual, es decir, exclusiva hacia otras mujeres.
Gay: En este contexto, gay se refiere específicamente a hombres con una orientación sexual exclusivamente homosexual (hacia otros hombres).
Bisexual: Bisexual se refiere a las personas que se sienten atraídas hacia personas de ambos géneros. Mientras que la bisexualidad tradicional es definida como "atracción hacia hombres y mujeres", comúnmente abarca también la pansexualidad, "una atracción donde el sexo de la pareja es de poca o ninguna importancia" (i.e. hacia hombres, mujeres, y cualquier otra identidad sexual). La bisexualidad cubre cualquier orientación sexual entre homosexualidad y heterosexualidad.
Trans: El término trans se usa para denominar a una variedad de individuos, conductas, y grupos, centrados en la inversión parcial o total de roles de género, así como en tratamientos de reasignación genital (las cuales pueden ser sólo hormonales o involucrar distintos tipos de alteración quirúrgica). Una definición común es "personas que sienten que el sexo que les fue asignado (usualmente al nacer) es una descripción falsa o incompleta de ellas". Esta definición incluye ciertas subcategorías bien conocidas, tales como transexuales, travestis, y genderqueers.
Intersexual: Este término, representado por la letra I en los acrónimos LGBTI y GLBTI, no siempre se incluye, así como no todas las comunidades intersexuales aceptan a las personas LGBT no-intersexuales. Intersexual se refiere a caracteres sexuales ambiguos o incoherentes (incluyendo niveles hormonales) y a las personas que los tienen. Se usa en lugar del arcaico término hermafrodita, que en general no es correcto cuando se refiere a vertebrados (entre éstos los humanos). En muchos casos, el límite entre intersexualidad y transexualidad es difícil de definir, y algunas personas caben en las dos categorías.
Qué es la transexualidad?
La transexualidad se refiere a una falta de correspondencia entre la identidad sexual de una persona y su sexo biológico. Los genitales y características sexuales secundarias, su apariencia física, está en contradicción con lo que emocionalmente (sentimiento de identidad sexual) es.
¿Qué es el travestismo?
El concepto de trasvestismo
Perversión sexual
El travestismo o transvestismo es una perversión sexual en la cual la persona obtiene excitación y placer sexual vistiendo ropas del sexo contrario. Normalmente se suele alcanzar el orgasmo mediante la masturbación que se realiza después de excitarse vestido/a con ropas del otro sexo. En otros casos, esta vestimenta se utiliza porque al travestista le es imposible mantener relaciones sexuales sin ella, ya sean de tipo heterosexual u homosexual.
La diferencia con el travesti
En muchos casos, los transexuales visten con ropas del sexo contrario, por lo que pueden ser confundidos con travestis. Mientras que estos últimos lo hacen para obtener una satisfacción sexual, los primeros lo llevan a cabo, fundamentalmente, porque se sienten del género al que pertenecen esas ropas. Un transexual masculino se viste de mujer porque se siente una mujer y desea cambiar su cuerpo por el de una mujer. Un travesti masculino se viste de mujer por obtener un placer sexual, pero no necesariamente cambiaría su cuerpo por el de una mujer, si así fuera, realmente sería un transexual. El predominio del travestismo en los hombres es muy notable y puede adoptar, predominantemente, tres formas diferentes.
Genderqueer e Intergénero son términos generales para aquellas identidades de género que no son ni hombre ni mujer.
Las personas que se identifican como genderqueer, pueden verse a sí mismos como masculina y femenina, como ni masculino ni femenino o completamente aparte de estos géneros. Algunas personas tienen características del sexo opuesto, otras las tienen de ambos.
Algunos genderqueer ve su identidad como una de muchos posibles géneros más allá de masculino y femenino, mientras otros ven el término como la posibilidad de englobar ambos géneros en uno, un tercer género o ser una persona sin género.
Los genderqueer se encuentran unidos por su rechazo la noción de que existen tan sólo dos géneros. El término puede utilizarse como un adjetivo para referirse a una persona que trasciende el concepto del género, sin tener en cuenta su propia identidad de género.
Nuevas masculinidades…Medellín, de ciudad de machos a ciudad de muchos
A propósito de los panfletos que pretenden desestabilizar a la ciudad.
Las dos manos empuñadas a la altura de la cara. Con una ataca y con la otra, como barrera, se cubre de los golpes. ¡Ah!, y si están armados, en una mano el cuchillo y en la otra la defensa, la camiseta enrollada, una chaqueta, una ruana, un palo, o cualquier cosa que amortigüe los latazos...
A grandes rasgos, estos fueron las enseñanzas que desde muy pequeño recibí de mis hermanos. Un grupo amplio de bravucones de barrio a quienes todos en la zona, de tradición la más violenta de Medellín, temían y respetaban no solo por el número, soy el menor de 15 hombres, sino por lo que ellos denominaban hombría.
Menos mal nunca aprendí a ser hombre con su modelo, aunque de ellos tengo otras muy bellas enseñanzas para afrontar con barraquera la vida, incluso desde mi condición de homosexual. La forma de ser valiente, la aprendí de Ofelia, mi madre y la única mujer de la gallada familiar. Me enseñó que a los enemigos como a los perros se les debe tener respeto y cuidarse de ellos, pero nunca demostrarles el miedo: Pase mirando de reojo y alerta por si algo –decía-, pero nunca les frene en seco y ni les de la oportunidad de sentirse agredido. Esa además de otras enseñanzas simples, me las transmitía en las tardes de ocio, después de la siesta. También ahí, me enseñó que los hombres si lloramos, pero que por orgullo de machos, lo hacemos en silencio y en la intimidad.
Fui encausando esa valentía entonces y con una cierta malicia indígena hacia enfrentar, nunca a confrontar. Porque sentirme agredido, pensaba, por ser nombrado marica así fuera a grito publico, si yo era un marica, mas bien era buscar la oportunidad de mostrarles en otros escenarios que lo que ellos tenían como marica en la cabeza, poco o nada, mas que mi orientación sexual, tenia que ver con mi realidad. Su seudo enemistad, en últimas, en realidad no era más que una intolerancia cultural heredada, desde la que, como machos, estaban defendiendo su territorio y su poder.
A los grupos de machitos bravos siempre me los tope en las esquinas del barrio, incluso hoy quedan algunos, los mataban pero parecían retoñar en otros. Sentía sus energías amenazantes cuando cruzaba de largo o sus expresiones de rechazo para conmigo, la loca del barrio, pero como nunca encontraron respuesta, mi vida seguía intacta mientras a ellos en su gran mayoría, los vea desfilar en pocos días y con sus vidas aun por descubrir, hacia la cárcel o el cementerio, a pudrirse igualmente en ambos espacios.
Esa de cultura de ser machos arrasadores sin mas sentido que el de sentirse hombres y que algunos, ya muy pocos, aún pretenden mantener, terminó por cercanos las libertades en Medellín. Ya no podíamos pasar entre barrios, a veces ni entre calles, porque no se quien había determinado que éramos enemigos. Establecían categorías para permitir la vía y la vida, en las que desafortunadamente siempre, de rebote, me sentía incluido por ser marica, una palabra con una alta carga cultural en su contra: maricas y viejas chismosas, maricas y putas, maricas y degenerados, maricas y transmisores de infecciones sexuales, maricas y no machos, maricas e inmorales, entre muchas otras. Pero aún así la clave de valentía aprendida de Ofelia y una que otra privación de paseos por la vecindad, me permitieron llegar vivo a donde estoy.
Hoy, con menos bravucones que en esas épocas de mi infancia y adolescencia, he podido recuperar los linderos y redescubrir los barrios viejos y los muchos nuevos. Incluso encontrarme en la mirada y los rasgos faciales de muchos jóvenes, el rastro de esos que se negaron a la vida por ser machos. Muchachos y muchachas alegres, amigueros, vestidos de colores y cargados de entusiasmo, abriendo como los ancestros de la paisada, nuevos caminos que nos marcan nuevos mundos. Y entonces pienso, a pesar de la persistencia de unos pocos que insisten en mantener regimenes de muerte, soledad y silencio en la ciudad, que valió la pena haber cuidado la vida todos estos años, a consta de mostrarme en teoría cobarde frente a los puños y los fierros, para poder disfrutar de la maravilla de una ciudad donde cada ves le estamos apostando más a que los machos sean menos y la vida y las libertades mas significativas y para muchos.
Los maricas somos nosotros, dice uno de mis hermanos ex bravucón en medio de risas y de tragos, la única manera en que aprendió a expresar sus afectos, mientras alza una copa de aguardiente a manera de brindis en la acera contigua, donde departe con su esposa e hijos.
Muy cerca, en la misma acera, nosotros, familia de hombres homosexuales, disfrutamos de unos vinos en la tranquilidad de nuestro apartamento.
En la calle los jóvenes, hombres y mujeres, acicalados se saludan con afecto y se dicen marica, a manera de saludo de parceros, mientras se reúnen para irse de rumba. Es sábado a las 10, la noche apenas comienza en una Medellín que sueña seguir despierta para la vida. Medellín, marzo de 2009
Medellín nocturno-rumba y drogas eje de socialización III
Endodiscriminación - Rumba gay con políticas de 0-travestis… No a la transfobia!
“Se constituyen en un atentado contra las construcciones de civilidad, decencia, convivencia, estética y orden”.
Este pareciera ser el presupuesto y argumento con el que históricamente los espacios comerciales de rumba gay en el país, salvo algunas excepciones, se arrogan el derecho a excluir o segregar a las personas transexuales y travestis del común, que buscan esparcimiento libre en sus bares, discotecas, saunas, videos y demás modalidades comerciales de divertimento homosexual masculino.
Y lo traigo a colación por dos razones: La primera, hace aproximadamente un año en una reunión de la Mesa Social LGBT de Medellín y Antioquia, nos llegó, la queja[1] de unas travestis a quienes se les prohibía entrar a algunos sitios. En su momento decidimos llamar y enviarle un correo a Sily[2] para abordar el tema. Muy amablemente, nos contestó desde Europa a través de una llamada al programa radial Enlace 96.4 de la emisora de la policía nacional y acordamos una cita, una vez regresara al país. Pero la verdad aun sigue pendiente el tema.
Y la segunda en el mismo sentido, tiene que ver con el escrito reciente de Wilson Castañeda desde la Personería[3] acerca de un nuevo crimen de odio por transfobia en la zona de Barbacoas que dice en uno de sus apartes: Es angustioso saber que cada vez se aumenta el rechazo con los Trans en Medellín por parte de los miembros de su mismo grupo poblacional: hay discotecas y bares que no permiten su entrada, algunos con orgullo exhiben su publicidad como “0 -cero- Travestís”, hay espacios en la ciudad que asumimos para toda la población LGBT, y lo T, ni siquiera lo percibimos…
En momentos en que las Políticas Públicas para la población LGBT -deberían llamarse para las diversidades sexuales, de género y de apropiación del cuerpo-, inician su curso de formulación en algunas de las principales ciudades colombianas o de implementación en la capital del país, suena paradójico que por un lado nos rasguemos las vestiduras pidiendo políticas de inclusión, de respeto y de igualdad en los escenarios de participación ciudadana mientras que por el otro y en contradicción con el discurso de “lideres”, estemos segregando y señalizando como de segunda categoría a nuestros propios miembros del sector, no sólo por trans, sino también por feos, pobres y viejos.
Replicamos contra nuestros congéneres trans, con estas actitudes, las mismas, sino peores, las fobias que sobre nosotros tradicionalmente ha marcado la cultura hetero-sexista y hetero-normativa. Fobias que ellos y ellas fundamentan en que la presencia y manías gay desestabilizan su heterosexualidad. Sería inimaginable que nosotros igualmente, nos estemos previniendo al cerrarle el paso a travestis y transexuales, de que la condición y el estereotipo gay se menoscabe en el compartir con lo trans. Olvidando además, que históricamente han sido ellos quienes más han dado la cara y recibido atropellos sociales, en muchos casos sin serlo, por los homosexuales. A través de sus maneras lúdicas y coloridas, primero y con mayor fuerza han resistido el embate de la normatividad del macho.
Ya había sugerido en escritos anteriores la necesidad de cambiar el lenguaje publicitario en el que se promueve como carne de cañón “el consumo” sexo genital de los más jóvenes, mediante frases como “pollos gratis”, “personas entre 18 y 25 precio especial”, “menores de 20 a mitad de precio” entre muchos otros de ese estilo.
Publicidad donde abiertamente se marca a la homosexualidad con unos parámetros prioritarios exclusivamente de consumo: belleza, juventud, moda y genitalidad, que ratifican el imaginario cultural tradicional de que los gays y las lesbianas somos seres banales, corruptores de juventudes y putos -lacras sociales- en contravía a nuestras luchas políticas de inclusión y de una participación ciudadana, desde la igualdad como personas. Además, de tipificar en estas proyecciones comerciales una calidad de segunda clase para los homosexuales adultos mayores y los de menores recursos económicos, por fuera de las categorías de inclusión, excepto, para aquellos con algún poder adquisitivo, como proveedores económicos o consumidores, por dinero, de cuerpos jóvenes. Caldo de cultivo, esto último, para asesinatos y maltratos por odio y homofobia: “Como no odiar y querer matar a quien me obliga, por dinero o poder, a tener sexo con él”, comentaba un joven en situación de prostitución durante una entrevista en contra de las homosexualidades en el escenario mediático de la discusión de la ley de parejas en el Senado.
Hoy, mis maricadas van a que además de la promoción del sexo antes que del afecto entre nuestros jóvenes gays, lesbianas y bisexuales, desaparezca también el “0 Travestís” de la publicidad y de nuestros cotidianidades de vida.
Travestismo
Twee figuren: travesties uit de Lapin Agile (1950) del famoso pintor belga Gustaaf Sorel.
El travestismo consiste en utilizar la vestimenta y complementos socialmente delimitados para el sexo opuesto.
- Para aquellas personas que adoptan por motivos artísticos el aspecto y actitudes culturales convencionalmente aceptados para el otro sexo, y con ello crean un personaje artístico en el que se "transforman" (véase transformismo).
- Para aquellas personas que sufren una discordancia entre el sexo mental y físico (véase transexualidad).
- El travestismo como un fetiche sexual es el fetichismo travestista.
La principal diferencia entre el travesti y el transexual es que el primero acepta su sexo y su cuerpo, gustándole jugar con una doble identidad. En cambio, el segundo es una persona cuya anatomía física no corresponde al sexo al que siente pertenecer y, por lo tanto, asume de forma permanente el rol del otro sexo.
Travestido o travesti suele referirse a hombres que se visten de mujeres, pero también existen casos de mujeres que se han vestido de hombres por diferentes circunstancias, aunque es menos frecuente. Durante la Guerra Civil Estadounidense a mediados del siglo XIX, por ejemplo, se ha demostrado que unas 500 mujeres se enlistaron y pelearon disfrazadas de hombres[1] [2] [3] [4]
Un siglo más tarde, la actriz y cantante bisexual alemana Marlene Dietrich vistió con ropas masculinas en ciertos períodos de su vida.
Origen del término
La palabra ‘’’travestismo’’’ fue creada por el doctor, sociólogo y sexólogo alemán Magnus Hirschfeld y viene del latín ‘’trans‘’, cruzar o sobrepasar, y ‘’vestere’’, vestir. Hirschfeld publicó en 1910 la obra "Die Transvestiten: eine Untersuchung über den erotischen Verkleidungstrieb" ("Los travestidos: una investigación del deseo erótico por disfrazarse”) para describir a un grupo de personas que de forma voluntaria y frecuente se vestían con ropas comúnmente asignadas al sexo opuesto[5] . El grupo de personas que Hirschfeld observó para llevar a cabo sus investigaciones incluía hombres y mujeres que se catalogaban como heterosexuales, homosexuales, lesbianas, bisexuales, asexuales y transexuales.
Características
Joven travesti.
Los travestis son personas que adoptan características físicas y psicológicas propias del sexo opuesto, es decir, en ocasiones adoptan las vestimentas y actitudes convencionalmente designadas y utilizadas por el sexo opuesto. La motivación se debe a un inconformismo de géneroLa persona no se siente satisfecha desempeñando exclusivamente el género asignado a su sexo, y le gusta representar ambos géneros.
Los travestidos, a pesar de sentirse bien con el sexo que nacieron y no tener especial problema con su género, sienten una peculiar satisfacción escenificando al sexo opuesto. Se considera que los travestidos son personas que padecen cierto grado de disforia de género, lo que hace que acaparar el género opuesto les resulte atractivo
Es importante matizar que, comúnmente, estas personas aceptan su sexo y su identidad sexual biológica y no tienen conflicto con su cuerpo y genitales. A diferencia del transexual, no se sienten presos en un cuerpo equivocado. Los travestis visten con ropas impropias de su sexo, con el objetivo de transgredir normas sociales, y por añadir matices y ampliar su género e identidad sexual. En definitiva, les gusta ser flexibles para adoptar indistintamente los géneros masculino y femenino. El travestismo siempre supone, para quien lo realiza, un acto de transgresión.
Travestismo, transgénero o crossdressing
Transgénero tailandeses,
llamados Kathoey,
trabajando como bailarinas gogós
en Bangkok
Algunas personas llegan a modificar físicamente sus cuerpos mediante hormonas, depilación del vello corporal e incluso cirugía para feminizar sus cuerpos. El objetivo de estos cambios es lograr un aspecto más femenino, sin llegar a la operación de cambio de sexo porque no tienen conflicto con su sexo biológico. No quieren cambiar de sexo, sino tomar una apariencia física acorde a su propia expresión de la identidad de género que desean, como es el caso de un alto porcentaje de los Kathoey tailandeses. En estos casos hablaríamos de personas "transgénero", individuos que tienen aceptado el sexo con el que han nacido, pero se sienten a disgusto con el género propio de su sexo, así que reniegan de su género prefiriendo manifestar el contrario y llegan a modificar su físico. En pocas palabras, son hombres que deciden ser femeninos, y mujeres que deciden ser masculinas in extremis.
Aunque no se da en todos los casos, las personas transgénero, si bien se sienten a gusto con sus órganos sexuales pélvicos externos, porque además los consideran fuente de placer, han decidido expresarse socialmente con en el otro género del que les fue asignado al nacer.
En parte de la comunidad trans ha empezado a utilizarse recientemente el término crossdresser (acotado: CD) para designar a aquel que, independientemente de su orientación sexual, cambia de ropas y aspecto adoptando los del otro género, pero sin identificarse con éste excepto durante el tiempo que dure la experiencia travestista. Por contraposición, un travesti sería la persona que se siente identificada con el género al que cambia en todo momento, incluso si está vestido con su ropa habitual, en tanto que un transexual sería la persona que ha realizado cambios hormonales o quirúrgicos para modificar su fisionomía. La diferencia entre estos términos proviene, por tanto, del grado de identificación que el sujeto tiene con el género al que se cambia.[6]
Travestismo y orientación sexual
El sexólogo alemán Hirschfeld señaló en su obra clásica de 1910, "Die Transvestiten", y posteriores estudios han confirmado, que el travestido es casi siempre de orientación heterosexual, aunque algunos travestidos pueden ser bisexuales y más raramente homosexuales. El travesti busca expresar el lado femenino de su personalidad. Considera que su rol social masculino se lo impide y necesita recurrir a la ropa femenina para ello, de la que suele destacar los rasgos de suavidad, elegancia y belleza.
Travestismo y género
El trato referente en cuanto a género de un travestido se puede hacer con total libertad. El travestido es ambiguo en cuanto a género se refiere, no se siente asignado a un género concreto, sino que le gusta recrearse manifestándose con ambos géneros. Esté vestido con ropa propia de su sexo, o esté vestido con ropa del sexo opuesto, puede tratársele tanto en términos femeninos como masculinos según se quiera, que sentirá indiferencia. Interiormente tiene muy claro su sexo biológico, pero le gusta manejar ambos géneros.
Estereotipos sobre travestismo
El travestismo no implica necesariamente el ejercicio de la prostitución, pero esta actividad está fuertemente asociada a los hombres travestidos. La razón principal de esta situación reside en que las travestis son una minoría oprimida, discriminada socialmente y excluida del mecado laboral, siendo condenadas a la situación de prostitución.[cita requerida]
Otra área en la que es común encontrar hombres travestidos es en la comedia. Varios comediantes heterosexuales se han vestido de mujer para hacer rutinas en vivo, programas de televisión y hasta películas que han tenido mucho éxito. El resultado suele ser grotesco y el público suele reaccionar favorablemente.
Algunos ejemplos famosos incluyen los estadounidenses Eddie Murphy, Tyler Perry, los hermanos Shawn y Marlon Wayans, Rob Schneider, Michael Rosenbaum, Harland Williams, John Travolta, el mexicano Gael García Bernal y el colombiano John Leguizamo. Sin Lugar a duda, Tim Curry en su rol de Frank N. Furter es el mejor y más conocido (en EEUU) como "Just a Sweet Transvestite From Transsexual Transilvania" (dulce travestido de la transexual Transilvania) en The Rocky Horror Picture Show (El Show de Terror de Rocky).
Kottankulangara Chamayavillanku
Es un festival único en el mundo, que se celebra en el templo Kottankulangara en Chavara, cerca de Kollam, en India, en donde cientos de hombres se visten como mujeres. Se trata de una ofrenda a la diosa Bhagavathy, la deidad del templo. Kottankulangara cae en el 10 y 11 de cada Meenam del calendario malayalam (normalmente a finales de marzo). Gente de todo el mundo viene aquí a ofrecer sus oraciones y pedir las bendiciones de Devi. Este evento es la oportunidad para que millones de hombres de todo el mundo puedan vestir maquillajes y prendas femeninas. En la zona, muchísimas mujeres trabajan ayudando a vestir a los hombres para este evento.
lunes, 22 de marzo de 2010
THEOBROMA CACAO
Theobroma. El nombre científico en griego significa 'alimento de los dioses'; pero cacao viene del maya Ka'kaw.
Cacao puede referirse, en primer lugar, al fruto del cacaotero, En segundo lugar, el cacao es también el producto que resulta de la fermentación y el secado de esas semillas (habas o maracas) del fruto. El cacao, entendido así, es el componente básico del chocolate.
Por último, se denomina además cacao al polvo seco que se obtiene moliendo los granos y extrayendo, total o parcialmente, lagrasa o manteca de cacao.
Es nativa de América del Sur, de la cuenca del río Orinoco y río Amazonas.
El fruto del cacaotero es una baya denominada maraca o mazorca, que tiene forma de calabacín alargado, se vuelve roja o amarillo purpúrea y pesa aproximadamente 450 g cuando madura (de
Tres variedades principales de cacao:
§ El criollo o nativo: es el cacao genuino y fue bautizado así por los españoles al llegar a México. Se cultiva en América en Perú, Venezuela, Honduras, Colombia, Ecuador, Nicaragua, Guatemala, Trinidad, Bolivia, Jamaica, México, Granada; y en el Caribe, en la zona del océano Índico y en Indonesia. Es un cacao reconocido como de gran calidad, de escaso contenido en tanino, reservado para la fabricación de los chocolates más finos. El árbol es frágil y de escaso rendimiento. El grano es de cáscara fina, suave y poco aromático. Representa, como mucho, el 10% de la producción mundial.
§ El forastero: originario de la alta Amazonia. Se trata de un cacao normal, con el tanino más elevado. Es el más cultivado y proviene normalmente de África. El grano tiene una cáscara gruesa, es resistente y poco aromático. Para neutralizar sus imperfecciones, requiere un intenso tueste, de donde proceden el sabor y el aroma a quemado de la mayoría de los chocolates. Los mejores productores usan granos forasteros en sus mezclas, para dar cuerpo y amplitud al chocolate, pero la acidez, el equilibrio y la complejidad de los mejores chocolates proviene de la variedad criolla.
§ Los híbridos, entre los que destaca el trinitario: es un cruce entre el criollo y el forastero, aunque su calidad es más próxima al del segundo. Como su nombre sugiere, es originario de Trinidad
Cosecha y preparación para su transformación en chocolate
§ Guiándose por el color de la vaina y por el sonido que hace su interior al ser ligeramente golpeado, el recolector sabe cuando ha llegado el momento de la cosecha. Cortan el pedúnculo de la mazorca, teniendo cuidado de no dañar las flores y los brotes cercanos. Después se corta el fruto con un machete en sentido transversal.
§ Se cortan las vainas sin estropear las semillas. Estas se sacan con un utensilio en forma de cuchara con la pulpa que las rodea, y se disponen en un montón cónico sobre una base de hojas de plátano. Luego se enrollan las hojas de la base y se añaden otras hojas grandes para envolver los montones completamente. Así se inicia el proceso de fermentación, que dura entre tres y siete días según el sabor que ellos quieren.
Proceso químico
Las bacterias y levaduras presentes en el aire se multiplican en la pulpa que rodea los granos por su concentración de azúcares y ésta se descompone formando un líquido ácido y alcohol. Esto aumenta la temperatura del montón y unas transformaciones tienen lugar en el interior de cada grano. Su color cambia del púrpura al marrón chocolate y el olor a cacao empieza a manifestarse. El objetivo de esta fermentación es doble: primero, que la pulpa se convierta en ácido acético que se evapora y que la semilla se hinche, hasta parecerse a una almendra gruesa de color marrón. Segundo, que se reduzca el amargor y la astringencia, y que se desarrollen los precursores del aroma. La calidad de los granos depende de este proceso de fermentación. Si es excesivo, el cacao puede arruinarse; si es insuficiente, puede adquirir un sabor de patatas crudas y son atacados por los hongos.
A continuación, se extienden los granos y, mientras se rastrillan constantemente, se desecan. En las grandes plantaciones, esto se hace con enormes bandejas, tanto en el exterior para que actúen los rayos del sol, como en cobertizos mediante calor artificial. El peso de los granos disminuye con este proceso una cuarta parte de su peso original.
En ciertas regiones de América se practica todavía la danza del cacao: los nativos descalzos pisan y caminan sobre los granos y, de vez en cuando, durante la "danza" se rocía sobre los granos arcilla roja con agua para obtener un mejor color, pulido y protección contra los hongos.
Historia
Los primeros árboles del cacao crecían de forma natural a la sombra de las selvas tropicales de las cuencas del Amazonas y del Orinoco, hace unos 4000 años. Los primeros cultivadores en Centroamerica fueron los habitantes del sitio de Puerto Escondido, en Honduras, alrededor de 1100 a. C. Entre 600 y 400 a. C. se extendió a Belice también. A la temporada de la civilización Olmeca, cerca de 900 a. C. es probable que la siembra de cacao fue extensivo en Mesoamérica.
Los mayas llamaban al árbol del cacao ka'kaw: frase relacionada con el fuego (kakh) escondido en sus almendras, y al Chocolate le llamaba Chocolhaa o agua (haa) amarga (Chocol). El cacao simboliza para los mayas vigor físico y longevidad. La palabra nahuatl cacahuaxochitl se refiere a la flor (xochitl) del árbol de cacao.
Los mayas crearon un brebaje amargo el Chocolha hecho de semillas de cacao que consumían exclusivamente los reyes y los nobles y también usado para dar solemnidad a determinados rituales sagrados.
El chocolate se usaba con fines terapéuticos. Los médicos mayas prescribían el consumo de cacao tanto como estimulante como por sus efectos calmantes. Los guerreros lo consumían como una bebida reconstituyente, y la manteca de cacao era usada como ungüento para curar heridas. Las semillas también eran usadas como moneda.
Era a Quetzalcóatl “la serpiente emplumada” a quien los aztecas hacían remontar el primer origen de cacao, regalo divino para aliviar su cansancio y deleitar el reposo. Los aztecas prescribieron también una poción a base de cacao mezclado con el polvo de los huesos machacados de sus antepasados para curar la diarrea.
Si bien se dice que Hernán Cortés estuvo entre los primeros europeos que probaron el chocolate, Cristóbal Colón conoció antes el cacao, aunque, se sabe, no le prestó la debida atención.
Más allá de leyendas, el cacao tenía una función esencial en los ritos religiosos: ya los mayas creían que la bebida que se conseguía tostando y machacando los frutos les alimentaría después de la muerte. Se celebraban rituales religiosos en diferentes fases del cultivo del cacao.
Hernán Cortés decidió explotarlo comercialmente. Creó plantaciones en México, Trinidad y Haití.
La llegada a Europa
Los primeros granos de cacao llegaron a España, por intermedio de un cura llamado Aguilar, junto con la receta para hacer chocolate. Al monasterio de Zaragoza, llegaron las primeras semillas. Por lo que hizo posible fabricar por primera vez el chocolate en tierra europea.
En 1522, el franciscano Olmedo, según cuentan algunos historiadores, tuvo a cargo el primer envío de chocolate al Viejo Mundo. Francesco Carletti, quien había viajado por América, introdujo en Italia el chocolate en el año 1606. Las cafeterías existentes de Florencia y Venecia se encargaron de difundirlo.
En 1615, el chocolate llega a Francia, debido al casamiento entre Ana de Austria y el rey Luis XIII.
En 1657, el chocolate llega a Inglaterra .
En 1679 el chocolate llega a Alemania. La producción de chocolate entra en su etapa industrial, gracias al adelanto tecnológico Germano. Sin embargo, no fueron los Alemanes quienes lo desarrollaron, sino los suizos, los ingleses y los belgas.
El chocolate desembarca en Suiza por medio del burgomaestre de Zurich, Henry Hescher.
En 1819, en Vevey, Suiza, Luis Callier montó la primera fábrica de chocolate.
En 1842, el inglés Jhon Cadbury es quien fabrica por primera vez el chocolate para comer. Joseph Frey, crea un nuevo producto, la manteca de cacao y crea el primer chocolate en tableta, que además contenía licor.
En 1875, el farmacéutico Henry Nestlé, inventa la leche condensada. En 1876, Daniel Peter fabrica el primer chocolate con leche.
Se estima que al comenzar el siglo XVII ya estaba resuelta la fórmula de su preparación. Después de 1728, cuando Felipe V vendió el secreto de su preparación, las chocolaterías se propagaron por el mundo.
En ese lapso, en las colonias españolas de América se pasó de exportar el cacao a la metrópoli a consumirlo en altas proporciones y en toda oportunidad: los viajeros llevaban bolas de cacao en sus alforjas, las familias pudientes las atesoraban en pesados cofres de nogal, en la intimidad de los estrados las damas invitaban a sus amigas a refrescar con chocolate, los médicos neogranadinos ordenaban beber chocolate para curar la jaqueca, el constipado o el dolor de muela.
El chocolate en Colombia
Con la derrota de los ejércitos españoles en 1819 dejó de existir la Nueva Granada, huyeron los virreyes, emigraron los chapetones, pero el chocolate que había sido símbolo de la grandeza del imperio español pasó de uno a otro sistema, porque ya era uno de los pilares de la alimentación y de la economía nacional.
A comienzos del siglo XIX, surgieron los primeros intentos para cultivar sistemáticamente el cacao en Colombia.
Los puertos de Guayaquil y de Caracas, que habían sido los encargados de remitir los mejores cacaos de la región hacia España, continuaron haciéndolo con destino a Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos; la medida usual no era de peso, sino que se contaba por unidades, teniendo como base un millar de granos. La planta se cultivaba en las zonas cálidas y húmedas (había grandes extensiones de cultivos en el Cauca, Mompox, Honda, Cúcuta, Girón) a cargo de ricos hacendados que podían esperar los cinco años que van desde cuando se siembra la planta con buen sombrío hasta su primera cosecha; el esfuerzo se compensaba por el largo tiempo de producción (cerca de treinta años) y la alta demanda interna que no dejaba excedentes: se bebía chocolate al desayuno, sobre el almuerzo, a la hora del refresco, durante las visitas, en los actos públicos, en la intimidad, en los duelos o en las fiestas nacionales, pero según y dónde se hiciera, la bebida difería y hasta el mejor fruto se estropeaba si no se dominaba el arte de prepararlo. Aun cuando el proceso requería de cierta especialización y bastante esfuerzo físico, durante el siglo XIX era parte de los oficios domésticos. Comúnmente las molenderas eran trabajadoras independientes que se contrataban para realizar su tarea a domicilio, fijándose su salario de acuerdo con las libras o el número de semillas que lograran procesar.
Para comenzar, debían tostarse las pepas, luego triturarlas y molerlas a mano entre dos piedras. La piedra sobre la cual se molía el cacao tenía la misma forma de un puente bajo el cual se encendía un fuego suave alimentado con carbones; sobre la piedra caliente y bajo presión de la "mano", o sea otra piedra de forma alargada y cilíndrica, después de varias horas de manipulación el cacao soltaba su grasa y comenzaba a reducirse a una pasta blanda que se mezclaba con azúcar en cantidades que variaban de acuerdo a los gustos: había quienes ponían el doble de azúcar, otros lo revolvían en partes iguales; también variaban las especias, pero comúnmente se aromatizaba con canela, clavos, vainilla o nuez moscada, según las preferencias. Una vez hechas las mezclas, la molendera --porque era oficio femenino-- arrebolada por el calor, sofocada por el esfuerzo, con la cara ardiendo y las manos quemadas en las piedras calientes, procedía a armar las bolas en las cuales imprimía, como adorno o por placer, la huella de sus dedos. Después de secas se guardarían en recipientes cerrados para el consumo diario; el tamaño de cada una correspondía a una taza de agua, como sucede con las pastillas que ahora consumimos. Pero cada porción pesaba una onza y media, según se indica en un documento de raciones para el ejército, mientras que actualmente una pastilla pesa menos de una onza.
Ese era el procedimiento para obtener un buen chocolate, pero abundaban los trucos para hacer rendir el cacao mezclándole cascarilla o adicionand
o harina de maíz, de los cual resultaba un chocolate más barato que se llamaba chucula o gamuza. Por la higiene o la honestidad de las molenderas nadie ponía la mano sobre el fuego, y muchos se lamentaban de tener que tomar "una purga malísima, insípida y malsana". Pese a que las tiendas ofrecían distintas calidades y varios precios según fuera "chocolate de azúcar", "chocolate de canela" o "chocolate de harina", y pese a que algunos empresarios ofrecían venderlo al por mayor, era difícil confiar en la calidad de un producto que nadie controlaba pero que todos consumían por ser "tónico, estomacal, refrigerante, demulcente, laxante, analéptico y lenitivo".
Quienes habían viajado al exterior lamentaban la falta de una chocolatería bien establecida y fueron varios los intentos por industrializar su producción. El primer ensayo coronado por el éxito fue el de Chocolate Chaves, cuya fábrica se inició en Bogotá en 1877 y abrió el camino para muchos otros empresarios que, pese a su éxito, nunca lograron exterminar el viejo oficio de moler cacao, que subsistirá mientras la nostalgia aliente la idea de que "todo tiempo pasado fue mejor".
En Antioquia los primeros esfuerzos fructíferos por cultivar el cacao se hicieron en los alrededores de Santa Fe de Antioquia. Pero lo impropio del terreno junto con la maligna peste de la "escoba de bruja", arruinaron a muchas familias que habían llegado a disfrutar de una buena posición gracias al cacao.
Para estos años el consumo de chocolate no se había generalizado y el agua de panela era una de las bebidas más acostumbradas. En 1886 Tulio Ospina publicó un Manual del cultivo del cacao con el ánimo de promover su siembra y beneficio.
Según cálculos del ingeniero Francisco Javier Cisneros, en esa época, más del 85% del cacao consumido en Antioquia provenía de la provincia del Cauca.
A finales del siglo XIX, Colombia producía unas 6.000 toneladas de cacao. A pesar de los distintos problemas que enfrentaron los agricultores, el chocolate como bebida se integró poco a poco a la vida diaria y creó toda una cultura a su alrededor.
Las crónicas de viajeros y los cuadros de costumbres de los literatos de la época, dejaron testimonios del gusto por la bebida, sus formas de preparación y los momentos de consumo. Entre los escritos más famosos que aluden al tema, puede citarse "Las tres tazas" de José María Vergara y Vergara, donde se narra detalladamente, la elegante velada que la Marquesa de San Jorge ofreció a don Antonio Nariño la noche del 13 de marzo de 1813. Allí se sirvió una histórica taza de chocolate en elegante y bien dispuesta mesa:
"Se había mezclado a la masa del cacao canela aromática, y se había humedecido en vino. Enseguida cada pastilla había sido envuelta en papel, para entrar en el arcón [...] Para hacer el chocolate no se había olvidado tampoco las prescripciones de los sabios. El agua había hervido una vez cuando se le echa la pastilla; y después de esto se le dejaba hervir otras dos, dejando que la pastilla se desbaratara suavemente. El molinillo no servía para desbaratar la respetable pastilla a porrazos, como lo hacen hoy innobles cocineras; no, en aquella edad de oro el molinillo no servía sino para batir el chocolate después de un tercer hervor, y combinando científicamente sus generosas partículas, hacerle producir esa espuma que hacía visos de oro y azul, que ya no se ven sino en las casas de una que otra familia que se estima".
Por entonces, el chocolate estaba reservado a los más acomodados. Era raro encontrarlo en la ración alimenticia de un peón, y en Antioquia era muy acostumbrado mezclarlo con harina de maíz.
El chocolate en Antioquia
Para la segunda mitad del siglo XIX se hicieron algunos intentos rudimentarios para industrializar la producción del chocolate, aunque con poca fortuna. La noticia más lejana que se tiene en Antioquia, data de 1864, cuando el Estado Soberano le otorgó al ciudadano español Antonio Martínez de la Cuadra, un privilegio exclusivo para instalar una máquina de vapor que permitía moler 400 libras de cacao al día. En la década de 1870 surgieron otros pioneros como Pedro Herrán, Timoteo Bravo, Félix Gaitán y Agustín Freidel, quienes ofrecían cacao elaborado a los hogares de mineros y agricultores, y lograron reemplazar en parte el chocolate molido en piedra por el chocolate "de pasta".
Enrique Cardona Mejía fue uno de los más importantes y persistentes impulsores de la industrialización del chocolate en Antioquia y el Viejo Caldas. En sus comienzos fue socio industrial y técnico del acaudalado comerciante Carlos Coriolano Amador, quien estableció un molino de harina y cacao, en el que trabajó Cardona, quien posteriormente se independizó y fundó diversas fábricas de chocolate en los pueblos de Antioquia y Caldas, y sus hijos continuaron la tradición familiar.
En 1877, nació la Compañía de Chocolate Chávez en Santa Fé de Bogotá y en 1890 se abría Chocolates La Equitativa. Para 1904 Chocolate Chávez, en un hecho sin precedentes, abrió una sucursal en Medellín y en 1905 se fusionó con Chocolates La Equitativa; hechos que revelan la buena aceptación de su chocolate en esa época.
Entre tanto, en Antioquia se estableció la Fundición Estrella, localizada en Robledo, donde se produjeron los primeros molinos y tostadores para cacao, así como despulpadoras para café y otra maquinaria que facilitaron los primeros intentos de industrialización local.
Representación de un indígena con los utensilios para preparar chocolate; en el recuadro inferior aparece un grano de vainilla al lado de la mazorca de cacao (grabado en cobre, 1685)
Los recetarios de cocina publicados a principios del siglo XX en Antioquia, son el reflejo de la adopción del chocolate en la dieta familiar. Obras como el Manual Práctico de Cocina para la ciudad y el campo, de 1908 publicado por Elisa Hernández, o la Colección de Recetas de Cocina, escrita por Maraya Vélez en 1915, contienen variadas y apetitosas fórmulas para preparar diversos platos para acompañar la bebida, así como recetas novedosas en las que el ingrediente principal era el chocolate.
Para 1918 el chocolate ya había ganado popularidad entre la población de Antioquia y Medellín, al punto que la canasta de alimentos que diseñó el ingeniero Alejandro López con el fin de medir la inflación, estableció que una familia típica de diez personas en Medellín, consumía al mes dos libras de chocolate.
Nutrición y beneficios a la salud
El cacao contiene además muchas sustancias importantes, se estima unas 300, entre ellas están la anandamida, arginina, dopamina , epicatequina , histamina, magnesio, serotonina, triptófano , feniletilamina (FEA), polifenoles , tiramina, salsolinol, flavonoides y la epicatequina que podría reducir el riesgo de las cuatro enfermedades maś comunes de los países occidentales: derrame cerebral, ataque cardíaco, cáncer y diabetes a menos del 10%.
Bibliografía
- -Revista Credencial Historia
- (Bogotá - Colombia). Octubre 2000. No.130
- -http://www.paisas.us/chocolate1.html
- -http://es.wikipedia.org/wiki/Theobroma_cacao